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miércoles, 20 de enero de 2016

TRES BOMBEROS SEVILLANOS DETENIDOS EN LESBOS

Los bomberos españoles detenidos en la isla de Lesbos (Grecia) llegaron a Sevilla a las diez y media de la noche del pasado martes entre palmas, una atronadora ovación y gritos de "culpables son las bombas, no los bomberos". El aeropuerto de San Pablo era una 'fiesta' con cientos de familiares, amigos y compañeros de estos bomberos que llevan dos semanas rescatando refugiados que huyen de la guerra en Oriente Medio.

Su solidaridad hacia los centenares de refugiados que llegan cada día a las costas griegas se vio así recompensada con esta calurosa bienvenida. Irónicamente fue esa solidaridad la que les hizo terminar en un minúsculo y húmedo calabozo el pasado 14 de enero.

Acusados de tráfico de personas y posesión de armas (dos cuchillos, explican, para las labores de rescate), Manuel Blanco, Julio Latorre y José Enrique Rodríguez, de la ONG Proem-aid, estuvieron desde el pasado jueves en un lóbrego calabozo a la vista de todo aquel que entraba en las dependencias policiales. Los tres fueron detenidos cuando, al ver precintada su embarcación de rescate, se embarcaron con dos compañeros daneses y estaban ayudando a que tres barcos repletos de refugiados llegaran a tierra firme. La presión internacional y diplomática por parte de España ayudó a que el sábado fueran liberados tras depositar 15.000 euros.

Al llegar al aeropuerto, Rodríguez ha asegurado que "teníamos todos los permisos y trabajábamos en coordinación con las autoridades. ¿Qué ha pasado? Yo creo que ha sido un error o un escarmiento. Puede ser que allí cada uno esté trabajando a su manera y [la guarda costera griega] quiera que se trabaje como ellos quieren".

¿Ha sido un escarmiento? "Nos hemos enterado ahora que les han prohibido a los voluntarios dar ropa seca a los refugiados, con lo cual entendemos que han tomado una determinación radical", afirma David Galindo, uno de los tres voluntarios que no acabó encarcelado.
Ayudan a 9.000 personas cada dos semanas.


El sargento Mario Arcos, que ya ha realizado labores de rescate en la isla griega a lo largo del pasado mes de diciembre, cuenta que han llevado a cabo su propio conteo en la franja de la costa donde trabajan (entre la capital, Mitilene, y el extremo sur de la isla): 147 embarcaciones en 15 días. Si cada lancha lleva a unas 60 personas, eso significa que han ayuda a 9.000 personas durante las dos semanas que dura cada relevo, en los que hay seis bomberos turnándose en dos grupos de tres que trabajan día y noche.

Gran parte de las embarcaciones comienza a llegar horas antes del amanecer, entre las 4 y las 5 de la mañana, y más de la mitad de los que llegan son niños y "personas de edad avanzada". Arcos subraya que los rescates presentan dos grandes problemas: la baja temperatura del agua y la orografía, "que al tener un perfil muy irregular daña las embarcaciones y provoca que los barcos se rompan antes de llegar a la costa". El sargento de bomberos, cuyo puesto de trabajo habitual es la estación del Polígono Sur de Sevilla, subraya que "su trabajo es localizar las embarcaciones e intentar llevarlos hasta una zona de abrigo segura".

Antes de sumergirse prácticamente con la ropa puesta a rescatar a niños, ancianos y adultos de mediana edad, explican que lo primero que se ve al acercarse a la isla de ecos mitológicos es una franja "tintada de color naranja". Son los chalecos salvavidas que dejan atrás los que huyen de la guerra al pisar tierra firme.

(Noticia tomada de eldiario.es)

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